Aunque es difícil escribir este artículo no tengo otra palabra para expresar lo que Guillermo Fariñas, periodista cubano buscar logra con su huelga de hambre: chantaje!
Se que la situación de la Isla no es la mejor para todos, que mas allá de la ideología cubana los ciudadanos que viven ahí buscan un proceso de cambio fuera de la revolución que lleva mas de 50 años en el poder. Lastimosamente o por fortuna uno no escoge ni la familia ni el lugar donde nacer, es un azar del destino que toca aceptar, respetar y defender a capa y espada.
Porqué estoy en contra de esta huelga de hambre, sencillo, no es la primera. Fariñas ha tenido ya varios intentos de protestar a costa de su salud y para su suerte a resultado ileso, por ello ha constituido ésta su bandera de lucha, la cual mas allá de juzgarlo a él como persona (porque no lo conozco y tampoco tengo porqué hacerlo), es momento de reflexionar sobre el acto de decir a alguien (sea quien sea) o me das esto o me mato, o haces lo que yo quiero o vas a ser culpable de mi muerte.
Debo sostener enfáticamente que no hay mayor culpable de lograr una buena o mala vida que nosotros mismos, que el único responsable del destino que demos a nuestra vida somos nosotros y si bien es cierto debemos enfrentar tormentas y tempestades en nuestro camino es deber de nuestro como seres humanos enfrentar la vida con altivez, con fuerza y con fe. Se ha criticado muchísimo las famosas libertades en Cuba, pero quitarse la vida acosta de lograr un proceso de cambio no constituye otra cosa mas que chantaje.
Protestar es justo, loable y necesario en un mundo democrático y globalizado, lastimosamente la fórmula utilizada no es la mas precisa, la mejor y la mas justa para él, para su familia y para el mundo porque nos implica el mantener la hipótesis que el resto es culpable de nuestras desgracias y nosotros no. Castro ha dicho enfáticamente que no dará marcha atrás y seguramente quienes protestan a costa de su vida tampoco. Qué hacer frente a esto es una inquietud que deberíamos plantearnos al mas alto nivel, lejos de una esfera netamente política donde el único objetivo es llamar la atención. Se necesita un debate moral donde no se tome a la vida humana como un elemento de juego o de protesta sino como un derecho que se nos dio como regalo divino y no nos pertenece quitarlo.
EN ECUADOR.
Hoy leí una noticia que realmente me estremeció; el titular era “Desocupación, drama del armero que mató a familia y se suicidó”. Esta noticia verdaderamente me llamó la atención gracias al encabezado de la nota y a su triste relato que consiste en querer responsabilizar al Gobierno que decomisó armas en una localidad ecuatoriana dedicada a este negocio ( ilegal) de la muerte de un hombre que desesperado y visiblemente deprimido mató a su esposa e hija y luego se mató él con una arma que él mismo fabricó. Realmente nadie, NADIE que esté en su sano juicio haría eso y todavía es apresurado el culpar o responsabilizar a una persona de este acontecimiento doloroso porque como sostuve anteriormente cada uno es responsable de sus actos y de su vida; por ello no es justo tampoco que en este proceso de depresión se haya decidido quitar la vida a 2 personas inocentes que no tuvieron opción a escoger su destino como era la esposa e hija del fabricante de armas que murieron en manos de un hombre abatido por sus preocupaciones y sus deudas. Habrá que esperar a que un psicólogo o un profesional en el área se pronuncie y se diga porqué se suscita un acto de este tipo en el país. Mientras tanto no nos queda mas que reflexionar sobre este acontecimiento, tener mucho respeto a la vida, a la muerte y empezar a discutir sobre como comunicar nuestros problemas y buscar soluciones a largo plazo que aunque cuesten mas son el único camino hacia un verdadero cambio.
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