La tenía en mis manos y no lo podía creer, tenía apenas 13 años y formalmente era una adolescente que adquirió ciertos derechos y varias oportunidades. Era una cosa negra, aquella medio rectangular la que por varios años había deseado y sólo podría obtener al convertirme en una teenager un 04 de julio.
Era mi primera cámara, una panasonic de segunda mano la que me acompañó desde aquel día, había olvidado como se veía, pero al verme en una foto algunos años atrás pude notar que en todo lado tenía un papel preponterante en mi vida, mi cámara mi primera panasonic.
Recuerdo que en el colegio fui con esa cámara la sensación, armaba unos documentales pequeños, algunas entrevistas improvisadas para los deberes y después de ellos una que otra filmación sobre borracheras típicas de un colegio femenino.
Con cámara en mano me dedicaba a documentar todo lo que se movía, con un poco de timidez siempre pero siempre feliz de hacer lo que me gustaba y soñaba algún día iba a ser: periodista.
Un día cualquiera, no recuerdo la época vi un reportaje de Maritza Sánchez y supe que ese oficio era el mío, yo quería ser como ella, saltar de puentes, sortear grandes aventuras y ser una estrella admirada de tv. Al pasar de los años sí estudié comunicación pero nunca me inmaginé lo difícil de la profesión tras el glamour de las cámaras, las puteadas, los insultos, los cuchicheos por la espalda, la mala paga y el saber que sin las cámaras o el logo de un canal no te paran bola, pero aún así era divertido.
Durante mi vida como reportera pude ver lo divertido de hacer noticias, investigación, análisis de opinión, turismo, entre otros. De todo ello lo que mas recuerdo es que el ser periodista me permitió encontrar una parte de mí que no sale con facilidad en la vida personal: romper fronteras, ser arriesgada y conseguir la información a como de lugar y de eso se trata el periodismo de dejar de lado tus limitaciones para ser alguien mejor que no trabaja para sí sino para la sociedad.
A mis 28 añitos me encuentro ahora en el área de producción de radio y tv, disfrutando del otro lado del periodismo pero sin olvidar la esencia de este, ejerciendo el derecho a la libertad de expresión con responsabilidad y en servicio de la colectividad.
Feliz día a todos los soñadores, a todos los que quieren ser grandes y quieren que sus vidas se vean através de la tv, a todos los que luchan día a día, a los que ingresan a las 8:00am y salen cuando el solo se oculta, a los que aguantan las plantoneras, las equivocaciones, la rapidez de pasar la información cuando a veces no se tiene tiempo, a los que quieren una patria mejor y los que trabajan por una sociedad mas justa..a todos un abrazo fraterno, un abrazo de hermanos, de periodistas.
En 1994, el director Ivan Reitman tuvo una visión innovadora para los noventa, casi genial para una sociedad que en aquella época no inmaginaba la posibilidad que un hombre ni siquiera en sueños o en broma podría quedarse embarazado.
