DE PRETTY A PRECIOUS

Eran los 90, sus inicios. Ciento veinte minutos de puro romanticismo fantaseoso daba inicio a una década donde se ve a una mujer en una esquina prostituyéndose, un hombre en un auto deportivo y el inicio de la historia de amor.

Julia Roberts, sus largas piernas, su cotizada sonrisa y su gran cabellera representaba a una mujer que brindaba sus servicios sexuales al mas alto nivel y a quien un día le llega del cielo la fortuna de conocer a un hombre adinerado que le brinda la oportunidad de mejorar, de surgir, de saber lo que es el glamour, la buena vida y la ropa a cambio de sexo.

Esta inocente chica “prepago” logra como premio a su ardua labor ganarse el corazón del príncipe en 6 días y al final del cuento sellan su pacto con un beso y se escucha a lo lejos un rumor de que en Hollywood siempre hay sueños y que todos pueden cumplirse.

Es el siglo 21, una chica adolescente se llama PRECIOUS, es preciosa según lo que significaría su nombre pero su físico, su realidad y su vida no representan nada de lo que su nombre eleva, belleza a la máxima expresión. Precious vivía también en Estados Unidos, no estaba en Beverly Hills sino en el Bronx, no era delgada sino obesa, no era bonita y menos aún le llegó la oportunidad en una esquina con su príncipe encantado; para ella no existía eso sino la represión, el desamor y la violencia injusta de sus padres que pusieron ante ella sus instintos más salvajes para desquitarse de sus frustraciones.

Son 2 películas en dos épocas distintas, 2 visiones de la vida totalmente diferentes, 2 mujeres opuestas y 2 enseñanzas primordiales: Soñar esta bien, es correcto pensar que la oportunidad nos llegará y que gracias a un evento exterior nuestra vida puede dar un vuelto excepcional, sin embargo esto debe estar acompañado de una fiel creencia que las oportunidades verdaderas nacen de uno mismo, de su esfuerzo, de su amor, de la fuerza interna que nos hace querer ser mejores por nosotros mismos y no por el impulso de seguir una estrella que nos ilumina momentáneamente.

Al final de estos films, ambas son felices, sonríen y han llegado a conseguir lo que querían, claro está, en ámbitos totalmente distintos con realidades contrapuestas y con la mirada de un mensaje diferente. El uno era un cine para divertir e invitarte a soñar y el otro un reflejo de la realidad que implica que no importa lo que pases siempre serás preciosa si tu corazón se mantiene puro y valiente, por ello esta película pese a su presupuesto limitado permitió reflexionar a miles de personas para demostrar que la belleza que divierte no es la que vale sino lo Precioso que sea tu corazón.