Friday, August 07, 2009

El Ave Fenix...

Las mejores obras que se han escrito a lo largo de la historia las han creado genios quienes mediante las palabras o la pintura han hecho de su dolor, su locura o sus sueños frustados verdaderas obras maestras que les han permitido alcanzar satisfacciones universales de un hecho simple que decidieron compartirlo con el mundo. Frida kahlo, es un ejemplo de ello, una mujer poco agraciada pero con mucho talento y muchas ganas de vivir es ahora un ícono de México y de la historia latinoamericana.

El dolor o las crisis existenciales nos llevan a momentos en los que escribir es una tarea difícil porque te hace reencontrarte con tus demonios a los cuales no siempre se los quiere enfrentar, pero que llegado un momento se los debe ver a los ojos y simplemente cambiarlos de forma..

Por ello, en uno de mis tantos pensamientos y escritos existencialistas, llegó a mis manos la historia del Ave Fénix. Un ejemplo sutil para quienes en algún momento necesitamos morir para renacer y sobre todo para notar que en ciertas etapas de la vida se necesita un cambio personal, profesional o de creencias para seguir adelante y vivir a plenitud.

Aquí un poco de información sobre esta historia:

El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación, y la inmortalidad. Según el mito, poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas.

Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo que ardieran éste y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.

Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.


El Ave Fenix... un mito, una leyenda y una verdad que todos llevamos dentro..
Prometo seguir escribiendo.

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