Monday, December 14, 2009

De Cuenca a Biblián..

Escribir, narrar y contar experiencias es difícil si no tienes una cámara alado que te sirva de refuerzo, como que te hace el trabajo mas fácil, más llevadero porque no tienes necesidad de usar tu imaginación porque la foto lo dice todo y tu relato no hace nada mas que reforzar lo que las imágenes dicen. Creo que con esto quiero decir que extraño tener una cámara de fotos conmigo, extraño tener una forma de captar por un momento el alma de las personas y simplemente deleitarme buscando un ángulo que me permita describir alguna emoción...

Extraño todo eso, pero las limitaciones del momento no pueden ni deben ser un obstáculo para contar un recorrido tan singular como el que fue el trayecto de Cuenca a Biblián, entonces pese a que las crónicas viajeras no son mi fuerte ni mi especialidad trataré de hacer mi mejor esfuerzo:

Llegamos a Cuenca un viernes en la mañana e inmediatamente empredimos nuestro camino a Biblián. Sobre la Atenas del Ecuador, no tengo mucho que decir porque la he visitado varias veces ya y en esta ocasión fue un lugar de paso, donde lo que sí me llamó la atención fue el camino viejo a Biblián..

Son apenas 30 minutos los que nos separan de una provincia a otra, al ir recorrieron la geografía de esta localidad uno espera ver un cambio, sentir la magia de trasladarse a otra provincia y espera ansioso el sentir que por primera vez voy a conocer Cañar. A medida que el tiempo pasa, la magia se va perdiendo y toma lugar la realidad de ver casas hermosas, grandes, lujosas pero abandonadas porque como es de conocimiento público Azuay y Cañar son 2 de las principales provincias donde la migración ha dejado grandes réditos económicos para las familias pero poca población unida que pueda disfrutar de las remesas de los migrantes. El color preferido es el beige, las casas con sobrias y la mas pequeñita tiene 3 pisos.

A pocos pasos vamos pasando las casas y vemos árboles que casi logran que me pierda la maravillosa oportunidad de saber que un sector del mundo llamado " san tadeo de chuquipata", vaya que me ha causado gracia ese nombre, porque por mas que pienso no logró decifrar el gentilicio que deben tener quienes tuvieron la maravillosa oportunidad de nacer en este lugar, donde sobresale en pleno camino una iglesia y una tienda para dar apoyo a los viajeros sea cual fuere el destino que elijan..( tomar una cola helada o rezar un poquito).

Después de esta singular localidad llegamos a la meca del Cañar, las carnes coloradas, las cascaritas, las tortillas de papa y la yapa de la casera que está lista para recibirnos con un chanchito asado y un plato de mote.

Al terminar una de las fases del trabajo que nos llevó a Biblián, debemos regresar a Cuenca, donde a mas de deleitarme con un cielo totalmente despejado en el camino, vi otras de las maravillas de nuestra idiosincrasia, una mujer empujando el trooper de su amado porque se quedó sin batería.

Un viaje entretenido, con muchas anécdotas, una de las mejores fue el hacerle notar a una señora que las joyas que pretendía venderme eran imitación y escuchar un no son imitación!! son casi originales!!!...

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