Saturday, March 31, 2012

El color partío del migrante

Cuenta la historia que mi mamá una vez me mandó de vacaciones ( por pedido de mi papá) donde mi abuelita y que al hablar por teléfono rompió en llanto porque ya no le dije mamá sino mummy. Cuando tenía 09 años mi mamá me recibió un día con un discurso que indicaba lo lindo que era el Ecuador, lo tranquilo y hermoso que era estar en el país y lo privilegiada que debía sentirme por vivir aquí. Tantas veces se promulgó ese discurso, que un día me armé de valor y le dije que por favor me hablase feo política a los 12 años, y así fue. De ese trajín "político" han pasado 18 años,en los cuales, he tenido el privilegio de sentirme una verdadera ecuatoriana, formar parte de un proceso de revolución ciudadana y construir desde mi pequeña trinchera un país mas justo, servicial y amable, mi familia lo sabe y lo apoya pero hay algo de lo cual no hablamos mucho pese a que siempre ha estado ahí y eso es un corazón partió. El porqué lo llamo así es simple, pertenezco a una familia que migró a Estados UNidos a muy tierna edad ( y buena época) y eso nos ha implicado una bendición de ir y venir pero un dolor pequeñito en el corazón al saber que naciste en un lugar pero que tu corazón estará siempre dividido al saber que disfrutas de ambas "patrias" pero que la vida te mantiene en un solo lugar. Esto se ha vuelto una realidad normal, no solo para mi, sino para miles de familias ecuatorianas que migraron a " la Jony" en busca de un futuro mejor y tienen que lidiar con un nudo en la garganta y en el estomago cada vez que vienen y van a visitar a sus familiares que se mantienen en el país y agradecen cada cariñito que les llega y que según el argot politico se le denomina remesa. Hace poco vino a visitarnos una tía muy querida y le acompañamos a que haga su maleta de regreso tras dos semanas de vacación, aquella noche vi en sus ojos la nostalgia de haber vuelto al país luego de 25 años de ausencia y la tristeza de no poder llevarse en la maleta a todos ni poder robarle al cielito de Quito un rayo mas de sol para que la siga iluminando o tener una fabrica de quesos de hoja que la tenga siempre provista en su amada New YOrk. La tía no pudo llevarse eso en la maleta pero si llevo alegría de ver a sus amigas del alma ( ya un poco viejitas) pero amigas al fin. No le alcanzó en la maleta todas las iglesias de Cuenca que fue a visitar pero si se llevo tamales para bendecir a algunas almas por allá. Pronto vienen mas familiares por " aquí" y ahora yo no se que pedirles, ojalá algún momento puedan empacar el aire de por allá y traer la tranquilidad de ese " mundo mejor" que por lo pronto siempre sonríe por el amor de la familia que junta las distancias y la transforma en una mejor realidad. A todos los ecuatorianos que tienen su corazón partío en dos realidades les mando un cordial saludo y mis respetos por luchar siempre por su superación personal y el crecimiento de nuestro país.

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